Cuando planificamos un viaje no sólo queremos la garantía de que el destino elegido va a satisfacer nuestras expectativas sino también nos interesa saber la época del año correcta para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Desearíamos que nuestras investigaciones pudieran alinear satélites si fuera necesario para conseguir una predicción exacta que nos ayudara a pronosticar el buen tiempo y conocer lo necesario a incluir en nuestra maleta. Sin embargo la meteorología es tristemente cada vez más impredecible y en ocasiones llegan irremediablemente julio, agosto y septiembre con su olor a vacaciones y nos plantean la siguiente duda, ¿es posible viajar a Nueva Zelanda, ese destino que tanto soñamos, durante el invierno austral?.
En Viajerum queremos resolver esta y otras muchas dudas pero empezaremos paso a paso; el otoño en Nueva Zelanda empieza a asomarse a principios de marzo y el invierno se manifiesta entre los meses de junio, julio y agosto; finalmente se abre paso la primavera entre septiembre, octubre y noviembre para dar paso al verano en los meses de diciembre, enero y febrero; pero este país tan sorprendente tiene muchas cosas que ofrecernos en su magnífico invierno.
Nueva Zelanda cuenta con una naturaleza apabullante debido a los micro climas que imperan en la isla, así mismo el hecho de encontrarse rodeada de las aguas del Pacífico y el mar de Tasman permiten que al caer la nieve en sus carreteras esta se condense y los viajeros puedan conducir en cualquier época del año, si bien en estrechas carreteras el quitanieves es necesario, en ningún caso el frío invierno altera los itinerarios de los afortunados visitantes que viajan para contemplar este espectáculo natural nevado; sin embargo hay 2 carreteras sobre las que se debe tener extrema precaución en la Isla Sur.
La primera la carretera es la Mildford Sound Highway nº 94, si bien es la que conduce a la mayor atracción de la región de los fiordos, esta angosta carretera se encuentra rodeada de un estrecho pasillo de montañas que pueden llegar a acumular grandes cantidades de nieve en el mes de julio, si bien los quitanieves operan a diario para facilitar el desplazamiento de los visitantes es probable que algún día se encuentre la carretera cerrada por nieve, no obstante esto no es impedimento para visitar la zona ya que debéis saber que hay otra forma de ver los fiordos, por aire!. Al optar por esta opción no solo veréis el fiordo de Mildford Sound, también podréis disfrutar del fiordo de Dobtful Sound y de los otros 12 que conviven en Fiordland National Park y a los que nunca podríais haber tenido acceso por carretera ya que no se ha construido infraestructura en esta zona con el fin de preservar la impresionante región de los fiordos.
La segunda carretera es la que nos lleva al Monte Cook, la Mount Cook Road nº 80, una de las más célebres del país que se encuentra coronada por el magnífico Glaciar de Tasman, para llegar a este imponente monte hace falta atravesar una estrecha carretera utilizada para hacer pruebas militares en el pasado y rodeada del impresionante color turquesa del lago Pukaki, que en muchas ocasiones puede estar cerrada por nieve, no obstante los turistas utilizan esta carretera a diario por lo que suelen despejarla constantemente para hacer posible la visita al Parque Nacional del Monte Cook.
Un viajero informado es un viajero satisfecho, por lo que teniendo en cuenta estos detalles sobre las dos carreteras paisajísticas que puedes encontrar cerradas por nieve en tu itinerario, verás que es posible realizar una minuciosa visita del resto del país con total tranquilidad y ¿por qué no?, disfrutar de la nieve! Queenstown la capital mundial de la aventura ofrece las mejores opciones de alojamiento entre las montañas de Cadrona, Coronet Peak, Remarkables, Monte Hutt… y actividades como el sky y el snowboard, que podréis realizar en libertad entre el impresionante paisaje nevado en contraste con la salvaje vegetación del país, no sólo la experiencia será inolvidable sino que contaréis con un destino prácticamente virgen para vosotros, ya que al no ser la temporada alta en el destino evitáis la aglomeración de grupos de turistas y tendréis la oportunidad de hacer de la magnífica Nueva Zelanda vuestro refugio privado y particular.
¿En vuestras vacaciones no estáis dispuestos a pasar frío? Lo entendemos perfectamente, pero debéis saber que las temperaturas de Nueva Zelanda no suelen descender de los 0º por lo que tendréis un clima muy similar al español, en el cual es recomendable llevar ropa de abrigo y chubasquero, pero no necesitáis un traje térmico ni mucho menos, a no ser que pretendáis hacer espeleología en un glaciar; cuando encontréis los lagos turquesas rodeados de blancas montañas no lo olvidaréis jamás! Y si buscáis un viaje de contrastes ¿qué opináis de terminar vuestra aventura neozelandesa relajándoos al calor del sol de Polinesia? a sólo 4 horas de vuelo desde Nueva Zelanda junto a las aguas más azules que hayáis podido imaginar, la compañía perfecta y un cóctel Maitai en la mano…tentador, verdad?
¿Mucho frío aún? En este caso tenéis la opción de optar por su temporada más cálida, desde mediados de octubre hasta finales de marzo, cuando en Nueva Zelanda brilla el sol.
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